Un motovelero de bolsillo
|
Viernes, 19 febrero 2010 |
|
La mosca de las nubes.
El CLOUDS FLY a primera vista es un clónico
del easy start de multiplex, aunque más que clónico se puede llamar
SECUELA
ya que está rediseñado en su totalidad, y además tiene
un enfoque más atractivo para el cliente al menos en la versión
que hemos adquirido nosotros, completa con toda la eléctronica específica.
Es algo más pequeño que el Easy
unos 8 centímetros y está provisto de alerones, nuestra versión
viene con los cuatro servos instalados los archiconocidos azules con caja transparente
y de 9 gramos de peso, incluye un regulador de 20 A que es compatible con la
tarjeta programadora Turnigy y un motor brushless tipo campana muy potente de
unas 3.000 r.p.m.v. y unos 150 Watios.
Para completarlo es suficiente añadir un receptor de cuatro canales,
los alerones ya incluyen un cable en Y, y una batería de lipo de 1.600
mAH, nosotros hemos usado una de 2200 porque aunque la aconsejada es la más
adecuada, nosotros no teniamos de ese formato.
En una bolsa de accesorios se incluyen el pegamento, sobra pegamento para toda
la vida del avión, dos hélices de 5x4, las juntas tóricas
para sujetar la hélice, dos juegos de casquillos para la hélice,
sólo se necesita uno aunque vengan un monton de diversas medidas, dos
horn de mando para la cola y el cable en Y.
Es un motovelero de marca blanca, de hecho la
caja aunque coloreada y tal, simplemente pone avión eléctrico,
y las características en un lateral .1270 mm. de envergadura y 600 gramos
de peso, así como las consabidas recomendaciones de seguridad, por cierto
la caja está provista de un asa de transporte, con lo cual los mañosos
podrán hacerse un maletín para transportarlo.
Las instrucciones son extremadamente escuetas y al ser un producto de marca
blanca prevé el montaje desde cero, lo cual quiere decir que encontraremos
distintas versiones según el proveedor que nos lo suministre, nuestra
versión es la de Hobby King, llamada X-40 Floater, que cuesta actualmente
unos 60 $, a nosotros nos ha costado poco más de 60 € si incluimos
los gastos de envío, aduanas aparte, que para este importe no suelen
cobrar nada.
Se
monta en dos ratos, porque hay que esperar que vaya secando el pegamento,
porque si no, a correos a recogerlo por la mañana y a volar por la tarde,
nosotros fuimos al dia siguiente.
La primera cosa a hacer es suavizar la zona de abisagramiento, soltando los
alerones y doblandolos a tope varias veces a mano, la dirección y el
elevador todavia están sueltos por lo que esto se hace directamente.
En nuestro caso una de las tapas de la bayoneta venía sin pegar, hemos
usado el tubito de pegamento suministrado y hemos encolado esta pieza en su
sitio con cuidado de no embadurnar el cable del servo, a continuación
se monta la deriva con el mismo pegamento, encaja en su alojamiento de forma
que es casi imposible hacerlo mal, y se espera a que seque el pegamento.
Una vez la deriva seca se puede encajar el estabilo en su sitio con una cantidad
medidad de pegamento, a nosotros nos ha rebasado el pegamento, lo hemos limpiado
rápidamente para no dejar huellas una vez seco.
Pues una vez todo ensamblado es hora de conectar la radio, para timón
y elevador es suficiente enganchar los alambres de mando en las escuadras, meter
estas en los agujeros que ya están realizados y clipar la fijación
por el lado opuesto, no se necesitan ni tornillos ni pegamento y quedan muy
bien sujetas. Ya conviene conectar los servos al receptor y colocar las superficies
en neutro deslizando el alambre por el prisionero del servo y apretándolo.
Para los alerones nosostros hemos preferido prescindir del cable en Y y colocar
dos prolongadores de alerones, con una radio programable cualquiera se pueden
así mover ambos alerones como flaps o como espoiler, lo cual da un poquito
más de juego. Ha sido necesario abrir un poco más de hueco entre
la unión de las dos alas para que las clavijas no estorben al ensamblarlas.
Montaje
final.- Aunque el espacio no abunda, nos ha bastado para colocar una
batería de 2.200 mAH de tres elementos Lipo, y un receptor estandard. Para
colocar la batería hemos abierto el hueco necesario con el bisturí,
y el receptor lo hemos tenido que colocar vertical con el regulador pegado con
cello en uno de los costados, el sobrante de los cables lo hemos encintado con
cello también para hacer un mazo manejable y lo hemos llevado al hueco
detrás de los servos. La tapa de la cabina se sujeta con un resalte delantero
y un imán detrás, sencillo , limpio y cómodo.
Las alas se ensamblan por medio de una bayoneta negra de fibra, ¿Sera
carbono? Da igual, cumple su función, una vez conectados los servos de
alerones las alas entran en su alojamiento y se encajan entre sí.
El regulador lo hemos programado, con freno, corte total a tensión mínima, arranque suave,
y como melodía el himno de la alegría.
¡¡ A VOLARRRRRRRRR !! Estos dias el
tiempo no acompaña demasiado, pero hemos cogido el velerillo recién
ensamblado, lo hemos metido en el coche montado, tres baterías y la radio
y no hace falta más y al campo.
La tarde era plomiza, fria y húmeda, viento de unos diez o doce Km/h,
térmicas ni soñarlas.
En un campo de cesped en un estado razonable este velero despega deslizándose
sobre la panza, nosotros lo hemos lanzado a mano, ha tratado de tocar el suelo
pero en un alarde de reflejos y pilotaje avanzado ;-) lo hemos sujetado de un
tirón y la mosca se ha puesto en las nubes en pocos segundos, el tirón
del motor es exagerado, ya que sube a 60 grados como un cohete, una vez en el
techo lo hemos trimado en planeo, una vez trimado en planeo el motor no desvía
la trayectoria ni a un lado ni a otro aunque al máximo tiende a colgarlo
vertical, es suficiente un toquecillo a picar porque visto y no visto ya está
otra vez en el techo.
Hemos estado volando durante cuarenta y cinco minutos con la primera batería,
la mayor parte del tiempo a medio gas, en esta potencia se comporta como un
entrenador y resulta adecuado para pilotos noveles, hemos hecho algunas subidas
a lo cohete y al final viendo que la batería no se acababa nunca hemos
jugado a hacer rizos, toneles y vuelo invertido.
El segundo vuelo lo hemos despegado a medio gas y la salida ha sido más
razonable, a plena potencia no es aconsejable sacarlo si no se tiene ya una
cierta seguridad.
Como conclusión es un juguete divertido
para pilotos con experiencia, se puede llevar en el coche para pararse en las
llanuras de castilla, en las playas andalusíes o en las praderas cantábricas
para echarse un vuelo en un rato perdido. Para aprender hay que recordar al
principio que el motor tira demasiado y conviene usarlo con cautela.
Buenos vuelos con la mosca.
|